Remica cuenta con más de 300 profesionales que trabajan cada día por ofrecer el mejor servicio, el máximo confort y ahorro a sus clientes. Con el fin de que nuestros usuarios puedan conocer mejor la labor que desarrolla la compañía y las personas que la componen hoy conversamos con Javier M., uno de los técnicos de Remica, que lleva más de 10 años en la empresa.
Javier, ¿qué trabajo desempeñas en Remica?
Cuando entré en Remica estuve unos tres años llevando temas de climatización. Pero ahora, mi labor principal es la de ser técnico de calefacción, que consiste en hacer los mantenimientos de las salas de calderas y repararlas cuando hay alguna incidencia o avería.
¿Cómo crees que repercute tu trabajo en el cliente?
Mi trabajo repercute directamente, somos el primer eslabón en la relación de Remica con el cliente. El usuario en muchas ocasiones identifica a Remica conmigo ya que yo soy la persona que lleva a cabo las intervenciones y con la que interactúa directamente.
Y, ¿cómo es el trato con ellos?
En nuestro trabajo tratamos directamente con personas muy distintas, hay gente que resulta muy fácil de tratar y otras en las que la relación es más complicada. En esos casos, lo importante es mantener una relación estrictamente laboral, seria y sin excesivas confianzas. De todas formas, nunca he tenido ningún problema importante con ningún cliente.
¿Cuál ha sido la anécdota más curiosa que te ha ocurrido en Remica?
Anécdotas en todos estos años he tenido un montón. Una de hace unos meses es que cuando entraron dos chicas nuevas en el departamento de comunicación, me tocó ir cada día con una de ellas a hacer las visitas para que vieran de cerca en qué consistía nuestro trabajo. Me sorprendió porque en este sector trabajar con mujeres es muy raro. Llevo 21 años en esto y en todo este tiempo habré coincidido con dos o tres. Me llama la atención, porque en realidad nuestro trabajo no es físicamente muy masculino, no requiere tener mucha fuerza, lo podría hacer una mujer sin problemas. ¡Ahora que tengo una niña pienso más en estas cosas! (risas).
El sitio elegido para hacerte la foto ha sido el taller, ¿por qué?
Porque por aquí es por uno de los sitios que siempre paso cuando vengo a Remica. Todos los mecánicos tenemos que pasar por el taller para coger alguna pieza, para consultar alguna duda o incluso para ver a Jose
Cuándo alguien cercano te pregunta en qué o dónde trabajas, ¿cómo se lo cuentas?
Siempre explico que en climatización de casas, edificio, empresas… Para entenderlo bien, muchos me preguntan: ¿eso es calefacción y aire acondicionado? A lo que les respondo que sí.
¿Y qué es lo que más curiosidad crea de tu trabajo?
Normalmente cuando le cuento mi oficio a la gente siempre acaban buscando en qué les puedo ayudar: ¡me preguntan si podría arreglarles el frigorífico!
Aparte de empresa mantenedora, Remica también se dedica a la eficiencia energética. Tú, ¿cómo le explicas este concepto a la gente?
La gente lo entiende como ahorro, es con ello con lo que se identifica la eficiencia energética. Sin embargo, a veces me encuentro personas que no creen mucho en ese concepto y lo toman más como una forma de cobrarles impuestos; en realidad lo que hacemos es controlar su instalación para que reduzca la demanda de energía, pero sin que tengan por ello que renunciar al confort. La eficiencia además permite que se contamine menos reduciendo las emisiones de monóxido de carbono.
De los últimos meses, ¿qué noticia recuerdas de este sector que te haya llamado la atención?
El proyecto de Real Decreto, que aún no se ha aprobado, sobre la individualización del consumo me parece un tema bastante importante. Aunque lo que es la ‘bomba’ es la normativa que ha aprobado la Comunidad de Madrid de inspecciones de eficiencia energética de las casas. Como aquel que dice, sería como una ITV de la instalación. En este aspecto soy un poco crítico porque entiendo que nuestros mantenimientos se tengan que enfocar a reducir el consumo de la comunidad de propietarios, pero que al cliente le obliguen a demostrarlo cada dos años, me parece excesivo.
Ya para acabar, ¿a quién te gustaría que hiciéramos la siguiente entrevista?
A José (el jefe de taller) porque es un showman o a un jefe de mantenimiento, por ejemplo, Adrián.
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