Cuando se plantean transformaciones de gasóleo a gas en edificios de viviendas, siempre surgen dudas entre los propietarios. Dos de las cuestiones más frecuentes son acerca del poder calorífico y la seguridad, por ello, los expertos de Remica Servicios Energéticos responden:

¿El gas natural tiene menor poder calorífico que el gasóleo?

Cada combustible tiene su propio poder calorífico, pero esto sólo indica la cantidad de kWh que aportan por unidad de medida, que en un caso son litros y en otro m3, o en el caso del carbón, kg. Es un dato que se tiene en cuenta para obtener la cantidad de combustible necesario para aportar la energía al edificio y de esta manera calcular el ahorro económico producido con cada combustible, siendo muy favorable al gas frente al gasóleo.

En ningún caso esto es indicativo de que se vaya a alcanzar menor confort, ya que con cualquier combustible seguirá llegando el agua a la temperatura necesaria a las viviendas. En ocasiones se asocia erróneamente el poder calorífico del combustible con el calor que llega a la vivienda.

El gasóleo ¿No es más seguro que el gas natural al no haber riesgo de explosión?

Las instalaciones de gas centralizado en Comunidades tampoco han sufrido explosiones. Lo que el vecino acostumbra a ver en las noticias son instalaciones individuales deficientemente mantenidas o en las que han sido alteradas las condiciones de seguridad (ventilaciones, etc.). De hecho, el gasóleo mantiene una atmósfera explosiva en el depósito de acumulación que no tiene una instalación de gas natural, donde el suministro es instantáneo, cuando hay demanda. Las posibilidades de alcanzar altas concentraciones de gas se ven anuladas por una triple seguridad:

1ª. Electroválvula de corte automático de suministro gas en el exterior de la sala

2ª. Sistema de corte incorporado en las propias calderas

3ª. Detectores de gas en cuarto de calderas.

Debemos ser conscientes de que hoy en día convivimos con total normalidad con el gas natural, que está presente en el suministro de centros de trabajo, hospitales, centros comerciales, etc.

Además, también hay que destacar en en la mayor parte de los países europeos, el papel del gasóleo se centra en el transporte, habiendo prácticamente desaparecido del sector doméstico, en favor de otros combustibles más limpios y eficientes, como el gas natural, o de energías renovables como la biomasa.