La previsión de entrada en vigor de esta nueva Ley es enero de 2013, y afectará a los edificios de obra nueva y a aquellos construidos antes de Noviembre de 2007, así como a locales comerciales y oficinas.
Dicho certificado consiste en un informe que refleja lo eficiente que es un inmueble desde un punto de vista energético. A cada piso se le asignará una etiqueta en función de lo eficiente que sea, siendo la “A” la mejor calificación y la “G” la peor. Por tanto, a la hora de vender o alquilar, además de detalles como ubicación, superficie, etc. también se deberá comunicar la certificación energética.
Esta etiqueta se puede ver como un valor añadido, ya que el potencial comprador o arrendatario no sólo tendrá en cuenta el precio del inmueble, si no también el coste que vaya a tener en energía. No debemos olvidar que la partida energética, especialmente la correspondiente a calefacción y agua caliente, es una de las más costosas de una vivienda.
Este certificado tiene un plazo de validez de 10 años, pasado ese tiempo, debe renovarse. Si durante esos 10 años se ha hecho alguna reforma energética en la casa, el informe deberá ser actualizado.
Esta nueva normativa, aparte de tener más en cuenta la energía y así ayudar al medio ambiente, espera generar nuevos puestos de trabajo.
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