De acuerdo con la RAE, reciclar significa someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar. Este es un proceso que, además de beneficios económicos, tiene un gran impacto en el medio ambiente. En los últimos años ha cobrado cada vez más importancia, ante la perspectiva del agotamiento de recursos naturales y los problemas que supone la eliminación de los desechos.

De acuerdo con datos del Eurostat, España es uno de los países que más basura genera, con una media de 575 kilos por habitante, frente a la media de la UE de 524 kilos. Un dato curioso es que en los últimos 50 años se ha producido más basura en el mundo que desde el origen del hombre hasta 1960.

Cuando reciclamos estamos, por un lado, reduciendo el volumen de residuos y por tanto, la contaminación que producen. Por otro lado, preservamos los recursos naturales, ya que empleamos materiales reciclados en su lugar.

Pero para hacernos una idea más clara, aquí lanzamos algunas cifras que permiten ver los efectos:

  • Por cada tonelada (1000 kg) de papel y cartón que se produce, se cortan 150 árboles. Reciclando una tonelada de papel, se salvan 17 árboles.
  • De acuerdo con TNU, en 2011 se recogieron más de 7 millones de neumáticos usados en 2011 (51.800 toneladas), una cantidad que ha permitido evitar la emisión de más de 400.000 toneladas de CO2 y un ahorro de más de 55 millones de litros de petróleo.
  • Cuando reciclamos vidrio, La contaminación del aire se reduce un 20%, ya que se quema menos combustible para fabricar nuevos envases y, además, se reduce la producción de gases en la fundición.
  • Con el ahorro de energía que se consigue con el reciclado de 4 botellas de vidrio, lograríamos que un frigorífico funcionara un día entero.
  • Recuperar dos toneladas de plástico equivale a ahorrar una tonelada de petróleo.
  • Por cada tonelada de aluminio que se tira al vertedero, hay que extraer cuatro toneladas de bauxita (que es el mineral del que se obtiene). Durante la fabricación se producen dos toneladas de residuos muy contaminantes y difíciles de eliminar.

Antes de que los desperdicios se conviertan en «basura», es decir, que hayan sido mezclados irresponsablemente con otros desechos y con el medio ambiente, se puede aprovechar más del 91,7% de los  mismos para reutilizarlos. Una vez convertidos en basura, apenas se logra rescatar un 30%.